lunes, 27 de abril de 2009

espanol215

 

El ahogado más hermoso del mundo

Por  Gabriel García Márquez

Relata la historia de un enorme bulto que aparece en la playa de un pequeño pueblo. El bulto, que parece ser una ballena, una vez que es limpiado del barro y las algas que lo cubren por la gente del pueblo se muestra como lo que es: en hombre de dimensiones imposibles y una belleza sobrecogedora. Decididos a darle cristiana sepultura a la manera de la zona: arrojándolo desde un acantilado, los hombres trasladan al gigante hasta la casa más cercana para vestirlo y prepararlo. Se dan cuenta entonces que no cabe en ninguna cama y que no hay mesa que pueda sostenerlo, pues su cuerpo no sólo es gigantesco sino que pesa demasiado. Finalmente lo acomodan en el piso y las mujeres se dan a la tarea de confeccionarle un pantalón y una camisa para poder vestirlo de luto, pues la ropa de nadie del pueblo, ni siquiera de los más altos, le cabe al muerto. En lo sucesivo el muerto se vuelve el centro de atención de las mujeres del pueblo, al punto tal que lo bautizan con el nombre de Esteban y le impiden a los hombres que lo arrojen al acantilado. Los hombres, movidos por los celos, al principio quieren deshacerse del muerto, aunque después empiezan a conocerlo, y terminan por estar de acuerdo con las mujeres en que en vida debió ser un gran tipo y un hombre bueno, casi un semidiós. Por eso lo conservan durante algún tiempo, hasta que comprenden que no les queda más opción que devolverlo al mar. Sin embargo lo hacen de una manera diferente a como lo hacen con sus muertos, a quienes le atan peso a los pies para que se hundan, evitan de esa manera que el mar los devuelva a la playa. A Esteban no le atan nada a los pies para que, si quiere, regrese las veces que desee.

1 comentario: